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sábado, 22 de enero de 2011

ESCLAVITUD INFANTIL EN INDIA....UNA HISTORIA LLENA DE CONTROVERSIA....


India: Un banco para niños de la calle

07 octubre 2008

 India – Nueva Delhi – Por Piya Kochhar.

Niños de la calle que manejan un banco para otros niños de la calle. Esta idea puede sonar incongruente, pero el hecho es que más de 8 mil niños en 5 países están ahorrando parte de sus escasos ingresos para construir un futuro mejor. Sólo en Delhi unos 2 mil niños de la calle tienen cuentas en alguna de las 12 sucursales del Khazana. La mayoría de estas sucursales son “oficinas” improvisadas en estaciones de trenes, mercados y cualquier lugar donde se encuentren niños sin hogar. Deepak, tiene 13 años. Ha vivido en la calle los últimos 5 años de su vida. Trabaja recogiendo basura y su propósito es ahorrar 2000 rupias (cerca de 30 euros) para regresar a su casa con una bicicleta para su hermano menor y algo de dinero para que sus padres lo perdonen por haber huido. Hasta ahora ha ahorrado 80 rupias
Cuando me pidieron un artículo sobre un banco para niños de la calle no supe con qué me iba a encontrar, pero no fue en ningún caso lo que realmente encontré. El Banco Khazana para el Desarrollo Infantil fue creado por una ONG llamada Mariposas, en Nueva Delhi, y su propósito es enseñar medios de vida a menores que de otra manera tendrían un futuro muy sombrío.
Sólo en Delhi unos 2 mil niños de la calle tienen cuentas en alguna de las 12 sucursales del Khazana. La mayoría de estas sucursales son “oficinas” improvisadas en estaciones de trenes, mercados y cualquier lugar donde se encuentren niños sin hogar.

 Dia Contra la Esclavitud Infantil, en honor a Iqbal Masih, un niño pakistani de doce años que junto a otros niños sindicalistas consiguio la libertad y encabezo un movimiento por la libertad de los millones de niños esclavos que hay en el mundo.
Murio asesinado en 1995 por las mafias textiles


El Banco Khazana para el Desarrollo Infantil comenzó a funcionar en el 2001. Hoy tiene oficinas en 7 ciudades indias y 5 países. Sus clientes son cerca de 8 mil niños en todo el mundo y sus fondos se acercan a los 26 mil euros.
Visité el Khazana más antiguo en Urdu, una tarde de viernes. Ubicado en uno de los barrios más caóticos y antiguos de Delhi, forma parte de un hogar que recibe a niños desamparados entre 6 y 16 años. El hogar, administrado por la ONG Mariposas, está abierto las 24 horas del día y los pequeños suelen llegar allí por las noches, para mirar viejas películas hindi en televisión y dormir.

“Estos niños viven en la calle y tienen que arreglárselas solos. Quisimos crear un lugar de refugio para ellos, un lugar donde puedan descansar un rato”.

Explica P.N. Rai, que ha sido colaborador voluntario de la organización Mariposa en los últimos 12 años y administra este hogar.

Cada noche duermen aquí cerca de 60 niños, dice Rai. India es el país con más niños sin techo del mundo, unos 10 millones, de los cuales unos 100 mil vagabundean por las calles de Delhi. La mayoría de estos menores han llegado a la gran ciudad huyendo de la pobreza o los abusos en sus aldeas de origen.
En la ciudad consiguen ingresos miserables, separando o recogiendo basura. En días buenos pueden ganar hasta un euro. Muchos se hacen adictos al alcohol o las drogas o caen en el comercio sexual. La policía suele golpearlos y tienen grandes dificultades para encontrar un lugar seguro, para su protección física y material, ya que el poco dinero conseguido lo cuidan como oro.

Fuente: http://www.informarn.nl - Traducción de Ricardo Cuadros


Cerca de medio millón de niños y niñas viven y trabajan cada día en las calles de Delhi, y unos 18 millones en toda India. Procedentes, en su mayoría, de zonas rurales desfavorecidas, vienen huyendo de la pobreza extrema, los malos tratos y, en algunos casos, la orfandad. Muchos residen con sus familias en poblados chabolistas hechos con plástico y bambú, entre el lodo, los excrementos de animales y las interminables montañas de residuos. Nunca han pisado una escuela o, simplemente, la han abandonado. Se les puede ver fregando en los hoteles, sirviendo en los cafés, ayudando en las tiendas, limpiando zapatos por las esquinas o vendiendo casi cualquier cosa: fruta, flores, llaveros… También se encargan de llevar cajas en los mercados y maletas, en las estaciones, e incluso recogen basura, aunque estas dos últimas actividades les han sido recientemente prohibidas.
Su jornada de trabajo puede alcanzar las 16 horas por un salario que no llega a un euro al día; lo justo para comer y, tal vez, pagar un refugio donde pasar la noche. A su edad, no sólo soportan la explotación laboral y las penosas condiciones de salud e higiene; sino que también son objeto de numerosos actos de violencia, vejaciones y abusos.

Inmersos en un mundo adulto indiferente y hostil, con escasas muestras de auténtico afecto, o siquiera de empatía, han aprendido a no confiar en nadie porque, mañana, lo más importante es estar vivo.
Texto y fotos: Heike Freire


Hace ahora 20 años, las Naciones Unidas aprobaron la Convención por los Derechos del Niño, pero el número de casos de abusos sexuales, físicos y/o económicos se ha incrementado un 300% sólo en la última década. “La presión económica y el rápido aumento de la población de pobres urbanos están contribuyendo a la desintegración de las familias”, asegura Rita Panicker, directora de Butterflies, una ONG por los derechos de los niños cuyo objetivo es ayudarles a “ayudarse a sí mismos” desde un enfoque no institucional, participativo y democrático.

Caracterizada por un sensato pragmatismo y una intensa escucha de las necesidades de los pequeños, la organización está empeñada en devolverles la capacidad de elegir, tomar decisiones y actuar sobre sus vidas. “Nuestra labor nada tiene que ver con la caridad”, puntualiza Zaved, responsable del programa, “apoyamos el ejercicio de sus derechos”. Y otro de los colaboradores, Satyavir, añade: “Si pueden trabajar [de no hacerlo pasarían hambre], entonces también pueden opinar, decidir, conocer sus derechos y organizarse para conseguir un presente y un futuro mejores.”


Video Documental de una triste historia... de la realidad:




LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Video que  explica las razones de esta situación y su "mejora" con el banco gestionado en N.Delhi


Ver video: http://terratv.terra.cl/videos/Especiales/Es-noticia/5722-12322/Ninos-administran-un-banco-en-la-India.htm

Unicef, sin embargo, que ha trabajado estrechamente con el Gobierno de Manmohan Singh para la elaboración de la norma aprobada el 10 de julio, con un periodo de tres meses para su entrada en vigor, sostiene que "la ley es un paso en la buena dirección" y que supone un avance hacia la protección de los derechos del niño. Para Unicef, la ley no es el final del camino, sino más bien el principio, que debe apoyarse en un sistema integral, que incluya desde la obligatoriedad de la educación al apoyo a las familias de los niños trabajadores, para que éstos puedan dejar su trabajo sin dañar las magras finanzas familiares.
"Sólo en Nueva Delhi hay más de 400.000 niños empleados, de los que 50.000 viven en la calle", afirma Zaved, de 27 años y con cinco de experiencia en atención infantil. Zaved, que tacha la ley de "cosmética", asegura que si tiene algún efecto será negativo porque el Gobierno no puede pedir a los patronos que despidan a los niños sin preparar un lugar para acogerles y educarles. "Muchos caerán en la prostitución y la mayoría estará más expuesto que antes al maltrato porque a partir de ahora su trabajo es ilegal", destaca. La nueva ley impone a los patronos sanciones de 10.000 a 20.000 rupias (un euro tiene 56 rupias) y penas de cárcel de uno a dos años.
Escuelas en la calle y dinero en el banco
Sameer tiene 13 años y hace dos que se fue de su casa en el Estado de Jharkhand, uno de los más pobres de India, para probar suerte en Nueva Delhi. Trabajó un año en una imprenta por 1.000 rupias al mes (18 euros). Ahora trabaja sólo por la tarde por 40 rupias y por la mañana asiste a las clases que da la ONG Butterflies en un parque.
A la sombra de un árbol y rodeado de basura, cabras e indigentes, el maestro Asir Ali Chaudhry alterna el juego con la escritura, el deporte y la aritmética. Tiene 70 alumnos de 9 a 15 años, aunque es raro el día que acuden más de 20. "Todos trabajan en fábricas, en teterías o recogiendo entre la basura lo que se pueda vender. Muchos esnifan pegamento y se quedan dormidos o sin ganas de nada", señala Chaudhry.
Una tristeza infinita se refleja en los grandes ojos de Sameer, que confiesa que la vida en la gran ciudad es "más difícil" que en su casa, adonde no regresa por temor a que su padre le pegue por haberse escapado. El chico duerme solo en las calles de la zona.
Llegó, cuenta su maestro, sin conocer una sola letra y en menos de un año ha superado los conocimientos básicos y se prepara para examinarse en abril de 3º de primaria. En este tiempo, Sameer ha conseguido ahorrar 120 rupias, que ha entregado al maestro para que las guarde en el Banco Infantil abierto por Butterflies para apoyar las finanzas de los niños trabajadores. Su sueño es aprender inglés, para tener un buen trabajo. Su patrón no le pega, pero le insulta.
El programa de enseñanza de estas escuelas al aire libre incluye la educación cívica, de manera que los niños aprendan que tienen derechos. Sameer ya sabe que una nueva ley prohíbe trabajar a los niños de su edad como sirvientes o en la hostelería. "Con esa ley nos moriremos de hambre", dice.
El País, 13/10/06
¿PODEMOS HACER ALGO?


....podemos hacer algo























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